miércoles, 22 de febrero de 2017

No es el azar en Juárez



¿Quién camina de espaldas, quién se emboza,

quién se afila los sueños

contra el muro infecundo

de esta tierra arrasada?


No miremos al cielo, cómo arraigan las cruces

allá arriba, cómo granan a golpe

de lágrima y verdugo

los racimos de sangre que sin tregua

nos llueven y enlodan aquí abajo

la voz en nuestras plazas. 


No es el azar, hermana, quien maquila y maquila

la mortaja del pobre

con sangre por dos pesos

sudada entre las piernas. 


No es el azar quien golpea tu puerta

cualquier día

y te arrastra del pelo hasta la zanja

sin ojos,

donde el polvo te arropa y el humo es tu tristeza. 


No es el azar quien empuña las llaves

y calcula casquillos y lobeznos,

el unto de la mugre, la grasa del olvido. 


Prosperidad, progreso, el siglo

de las sombras, el vertedero en ruinas

de la razón que hiede. 


No es el azar

ni el destino o la noche quien toca la campana

para que la muerte inicie

o acabe su desfile. 


No es el azar,

hay nombres en las puertas marcadas

y en las calles abiertas,

hay rostros en lo puro y en lo obsceno,

y hay palabras resueltas que caminan de frente.





Conrado Santamaría. De vivos es nuestro juego. Ruleta Rusa, 2015.

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