lunes, 15 de mayo de 2017

MISIL EN PALESTINA



Las uñas se me enganchan en todos los sitios

Intento soltarlas pero se me enredan en las ramas

Son de chicle y goma

Ahora los pies se me hunden

Se funden con barro

Los párpados se me vuelven blandos

Mis ojos cada vez van viendo menos

Tiro hacia atrás pero es en vano

Ya no es mía la mano

Se me incendia el pelo

Calor intenso

Se expande poco a poco mi cuerpo

Se separan y alejan todas mis células entre sí

El suelo pasa de marrón rojizo a negro

Grito y solo sale silencio

Grito con garganta hueca

Esto que parecen horas es un segundo

Al menos eso creo


No me da tiempo a llorar

Solo un mínimo recuerdo

Quién me odiará tanto para hacerme esto

Si solo tengo 13 años,

Si solo estaba jugando





Mario de la Peña. En Haciendo, haciendo. Once maneras de mirar de frente. El Perdigón, 2017.

Imagen: Hatem Ali. Misiles israelíes impactan en túneles entre Egipto y la Franja de Gaza, 2014.

2 comentarios:

  1. El más terrible de cuantos horrores existen o podamos imaginar, no es el destructor terremoto, ni la implacable erupción volcánica, ni el apocalíptico maremoto, ni la pertinaz sequía, ni siquiera la mortal epidemia... El más terrible de cuantos horrores existen o podamos llegar a imaginar está reflejado en este poema.

    Salud y paz!

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  2. Lo malo es que este tipo de horrores los solemos aceptar como si de catástrofes naturales se trataran, como si no estuviera en nuestras manos evitarlos. Una pena. Salud

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